SAG impulsa la reforestación comunitaria en el occidente del país

En el marco del Día del Árbol en el país, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), a través del Proyecto Integral de Desarrollo Rural y Productividad (SAG-ProOccidente), resalta los avances significativos en reforestación comunitaria como parte de su estrategia de sostenibilidad ambiental y fortalecimiento de medios de vida rurales.
Este proyecto es ejecutado por la SAG con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a través del Fondo para la Promoción del Desarrollo (FONPRODE), reafirmando el compromiso conjunto por un desarrollo rural resiliente, inclusivo y sostenible.
Gracias a la firma de acuerdos voluntarios con más de 100 grupos productivos en los departamentos de Copán, Intibucá, La Paz, Lempira, Ocotepeque y Santa Bárbara, se han plantado hasta la fecha 49,537 árboles en zonas estratégicas, incluyendo microcuencas, parcelas agrícolas y áreas de conservación.
Además, en el marco de estos compromisos, se proyecta la plantación de más de 30,000 árboles adicionales durante el segundo semestre de 2025. Estas acciones forman parte de un enfoque integral que combina la agroforestería, la conservación de suelos y la protección de fuentes de agua, con el objetivo de mitigar los efectos del cambio climático y promover la resiliencia ambiental en comunidades rurales.
“La reforestación no solo es una acción ambiental, sino también una inversión en el futuro de nuestras comunidades. Cada árbol sembrado representa un compromiso con la vida, el agua y la producción sostenible”, expresó uno de los técnicos del proyecto.
Los árboles plantados incluyen especies nativas y de alto valor ecológico como liquidámbar, roble, madreado, gravilea, ciprés y pino, seleccionadas por su adaptabilidad y beneficios para la biodiversidad local.
Este esfuerzo se enmarca en la visión de SAG-ProOccidente de promover un desarrollo rural sostenible, donde la productividad agrícola y la conservación ambiental avanzan de la mano, con el respaldo de la cooperación internacional y el liderazgo de las comunidades locales.