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El tren “La Bestia” marcó su vida, pero no pierde la esperanza de llegar a los EE.UU.

Periodista: Tatiana Velásquez

Tegucigalpa.- Son innumerables los migrantes que día a día dejan su país para ir en busca del anhelado sueño americano, todo por mejores oportunidades para su vida y la de su familia; algunos logran llegar a su destino, en cambio para otros esta ilusión se convierte en una pesadilla que los marca para siempre.repor

Edil Eugenio Escoto Estrada, es un migrante hondureño, quien arriesgó su vida persiguiendo esa tierra prometida, pero en su octavo intento por llegar a Estados Unidos a bordo del tren carguero denominado “La Bestia”, éste le cercenó su tobillo, lo que lo llevó a perder su pierna derecha.

El equipo de elinformativo.hn se trasladó a la aldea de San José de El Naranjal, ubicada en el municipio de San Ignacio, departamento de Francisco Morazán, para conocer la historia de este joven de 29 años de edad, quien asegura que no olvidará ese lunes 23 de mayo del 2016, fecha en la que vivió la peor pesadilla de su vida. Acompáñenos.

¿A qué se dedicaba antes de migrar del país?
R. Yo trabajaba en la agricultura, con mi familia.

¿Cuál fue su mayor motivo por el que decidió tomar esa ruta migratoria?
R. Para salir de la pobreza, trabajar, hacer mi casita y ayudar a mi familia que tanto necesita.ret

¿Quién lo acompañaba cuando salió en busca de esta tierra prometida?
R. Iba con unos muchachos de Urrutias, uno que le dicen La Rana, uno que le dicen Manuelon, Wilmer, Milsón, Tomy, Luis y Polito; que creo que estos últimos tres entraron; y en la carrera que nos pegó la migra nos desapartamos, pero ya de último seguí yo solo en los trenes.

¿Cuántos viajes hizo por intentar llegar a EE.UU.?
R. Ya eran ocho viajes con este último, ya había entrado dos veces y en Houston me agarraron y otra vez en San Antonio.

¿En qué lugar empezó su pesadilla?
R. En Guadalajara Jalisco, México.

¿Dónde sintió el mayor peligro durante su trayecto?
R. Gracias a Dios no me encontré bandas criminales, en ninguno de mis viajes, pero el mayor peligro está en México.

¿Cuántos días llevaba de camino?
R. Ya llevaba 17 días.

Cuéntenos, ¿Qué fue exactamente lo que pasó en ese momento que usted cayó en las vías del tren?
R. Me pegó vaguido, iba yo solito en ese rato y me desmaye desde arriba del tren y caí, yo iba despierto, solo que del hambre y sed no sentía el cuerpo, se me ablandaron los brazos, hacia ánimos de agarrarme, pero no pude, me solté y me paso el tren por el tobillo y como estuve dos días tirado, se me gangrenó la herida y me tuvieron que cortar el pie desde arriba.IMG-22

¿Recuerda quienes lo rescataron?
R. La Policía de México me levantó de donde estaba, pero cuando me levantaron ya tenía dos días, había perdido mucha sangre, entonces me lo cortaron por arriba de la rodilla.

¿Cómo fue su reacción en ese momento que se vio sin su pierna?
R. Me sentí mal y no sabía qué hacer, como si el mundo se me venía encima, sin mi pierna.

¿Cuánto tiempo estuvo interno?
R. Estuve interno en Guadalajara 12 días y de luego me pasaron para Veracruz en avión expresamente y estuve 17 días, después me mandaron a San Pedro Sula.

¿Cómo fue el trato al llegar al hospital?
R. Me trataron bien, si ahí me daban todo, medicina, comida, todo, pero nadie llegó a ofrecerme una prótesis, solo me regalaron las muletas.

En ese momento, ¿en quién más pensaba?
R. Pensaba en mi familia, sobretodo en mi madre, pensaba en Dios, en el momento que iba en el aire, en ese momento dije: ¡Dios mío, no me vaya a matar este tren!

A su regreso ¿cómo lo recibió su familia?
R. Sí, mi familia me recibió bien especial, aunque venia sin mi pierna pero me recibieron con los brazos abiertos.

¿Qué era lo que más disfrutaba hacer antes de que le pasara esta tragedia?
R. Jugar futbol, andar en bicicleta, a caballo.

¿Cómo se siente ahora que está en casa?
R. Ahorita me siento bien porque estoy con vida, pero aún me hace falta mi pierna, por las mañanas se me hace difícil, me levanto como si tuviera los dos pies y luego me veo solo uno, es triste ver mi realidad. No salgo aquí me llevo, si me muevo aunque sea con la muleta siempre me canso, ya los trabajos que hacía antes no los puedo hacer.

¿Qué fue lo que más le llamó la atención del anhelado sueño americano?
R. Llegar, hacerme mi casita, ayudar a mi familia y claro tener una mejor vida

¿Ha recibido algún apoyo del gobierno o de alguna organización?
R. Aquí en Honduras no me ayudaron en nada, las muletas me las dieron en México, de San Pedro me mandaron en un bus para Tegucigalpa y eso fue todo.

¿Cuál es el mensaje que le gustaría transmitirles a las personas que usan la misma ruta que utilizó usted?
R. La juventud siempre pasa enviajada les diga que se vayan o no, pero ahora les digo que hay mucho peligro en esos trenes, pero de igual forma siempre siguen su camino, usted sabe, esto hace la necesidad.

¿En qué le gustaría que le ayudaran las personas solidarias?
R. Me gustaría que me ayuden con la prótesis, para tener mejor movilidad y así poder irme de vuelta, pero ya con un permiso, porque ya en ese tren no me gustaría subirme de nuevo.

En la aventura tras esa tierra prometida Escoto Estrada perdió su pierna derecha, pero no su deseo de superación y mucho menos su esperanza de estar un día dentro de territorio estadounidense.
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Para quienes deseen colaborar con su granito de arena para ajustar la prótesis para este valiente joven, pueden comunicarse al teléfono (504) 9937-4790 con Dora Lucía Estrada quien es su madre.

Así que a sumarnos a esta causa que nos pueda identificar a todas y todos, en especial a cada uno de los migrantes hondureños, que hoy en día sean el motor de la economía de Honduras y el sustento de miles y miles de familias catrachas.

De acuerdo con informaciones oficiales, cada año regresan cerca de 200 cadáveres quienes iban en busca del sueño americano, así como también hay 600 hondureños con lesiones por caer del tren y cerca de 2,500 desaparecidos en su trayecto, todos con la intención de llegar a Estados Unidos.

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