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Compartir y no ser mezquinos, alienta el Papa Francisco en Cuaresma

Vaticano.- En la primera audiencia general de Cuaresma que presidió hoy, Miércoles de Ceniza, el Papa Francisco afirmó que la clave para vivir intensamente este tiempo litúrgico es compartir con generosidad.

El Santo Padre invitó a ser generosos con el necesitado porque “el Señor ha prometido su bendición a quien abre la mano para dar con largueza”.

En la catequesis de este miércoles, el Papa explicó que “la Sagrada Escritura exhorta a responder generosamente a las solicitudes de préstamos, sin hacer cálculos mezquinos y sin pretender intereses imposibles”.

“Contribuir a hacer una tierra en la que no haya pobres quiere decir construir sociedad sin discriminaciones, basadas en la solidaridad que lleva a compartir cuanto se posee, en un reparto de los recursos fundado sobre la fraternidad y la justicia”.

Francisco explicó cómo el Levítico presenta el Jubileo: “Cada 50 años en el día de la expiación, cuando la misericordia del Señor venía invocada sobre todo el pueblo, el sonido del cuerno anunciaba un gran evento de liberación”. “Declararán santo el año cincuenta y proclamarán la liberación en la tierra para todos sus habitantes”.

El Jubileo “era una especia de amnistía general con la cual se permitía a todos volver a la situación original, con la cancelación de todo débito, la restitución de la tierra y la posibilidad de gozar de nuevo de la libertad propia de los miembros del pueblo de Dios”.

“Un pueblo santo donde prescripciones como esa del Jubileo servían para combatir la pobreza y la desigualdad, garantizando una vida digna para todos y una distribución equilibrada de la tierra en la que habitar y de la que extraer sustento”.

En definitiva, “el fin era una sociedad basada sobre la igualdad y la solidaridad, donde la libertad, la tierra y el dinero volvieran a ser un bien para todos y no solo para algunos, como sucede ahora”.

“Podemos decir que el jubileo bíblico era un ‘jubileo de misericordia’ porque vivía en la búsqueda sincera del bien del hermano necesitado”.

Francisco recordó que existían en aquella época otras prescripciones que ayudaban a experimentar la misericordia de Dios. Es el caso del “diezmo” que era destinado a los Levitas, encargados del culto y que no tenían tierra, y a los pobres, huérfanos, viudas”.

“Se preveía que la décima parte de lo recolectado, o de lo proveniente de otras actividades, fuese dada a aquellos que estaban sin protección y en un estado de necesidad, para así favorecer condiciones de relativa igualdad en el interior de un pueblo en el que todos debían comportarse como hermanos”, dijo el Papa.

También existían las leyes concernientes a las “primicias” por la que se “compartía la primera parte o la más importante de lo recogido”.

Durante los saludos, el Papa pidió oraciones al recordar que este viernes inicia su viaje a México y antes tendrá un encuentro con el Patriarca ruso.

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