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Un corazón que sufre, no conoce razones: Cómo vivir después de perder a un ser querido

¿Qué consuelo se puede dar a padres que acaban de perder a su hijo? ¿Cómo se puede consolar a una familia por la muerte de la mujer que tanto los amaba y los mantenía unidos? ¿Habrá alguna una explicación justa? ¿Qué se les dice a las personas que tienen el alma desgarrada, el corazón roto y el pensamiento vacío? ¿Cómo retomar los planes que habían soñado sobre todo si estos incluían a la persona que recién se fue?

El dolor que causa la muerte no se puede describir, a pesar de que cada quien lo vive a su manera, en realidad es un sentimiento claro que se percibe y sin palabras se entiende. Unos con lágrimas, otros con enojo y con reproches, algunos con silencio, pero todos sienten el vacío, la soledad y la tristeza que se apoderan cunado se sufre y no se encuentra consuelo.

Tristemente, para unos las ilusiones y los planes de vida se desaparecen sin explicación, para otros la agonía y el sufrir de la condición delicada se ha transformado en una perdida y un encuentro con una nueva realidad, otros finalmente comprenden el significado de las palabras “demasiado tarde” porque ya no hay con quien hablar, con quien disculparse, llego el final, sin pedirlo y sin entenderlo…

El dolor no entiende ni perdona a nadie

El sufrimiento, la apatía, la pena, las ganas de no volver a sonreír al mundo, son los nuevos sentimientos que se tienen, los cuales hay que aprender a aceptar y más aún se deben sobrellevar.

Poco a poco y casi sin querer, la vida ofrece nuevamente nuevas oportunidades, lentamente se comienza a reconocer la paz, se vuelve a ver la luz, a recordar con cariño los momentos gratos las alegrías y las experiencias compartidas; la vida nuevamente regala tiempo; las heridas lenta y gradualmente comienzan a cicatrizar y encontrar una nueva razón para vivir acompañadas del recuerdo y del dolor.

1 taza de tiempo; ingrediente que no se compra, ni se fabrica, sólo se vive.
1 taza de aceptación; reconocer la realidad, sobrevivir el dolor, no pelear lo que es
1 manojo de recuerdos; memorias gratas, aprendizajes, tiempo compartido
1 pedacito de fe; encontrar fortaleza y buscar consuelo en algo más que uno
2 cucharaditas de ánimo; recordar que hay muchos motivos para vivir
1 sobre de gratitud; agradecimiento por el privilegio de vivir, compartir y conocer
2 racimos de actitud positiva; elecciones que nutran, motiven y mejoren
Recomendación del chef: Aprecio y valoro la vida, a pesar del dolor tan inmenso que me siente hoy mi corazón. Reconozco que nadie es eterno y que cada uno tenemos nuestro tiempo. Voy a disfrutar y cuidar a las personas que quiero y tengo conmigo y dejar descansar a las que se han ido. La vida es así.

La pérdida de un ser querido es un ingrediente doloroso e inevitable. La pena es un componente que tiene que ser absorbido lentamente para luego poder transformarlo; uno se convierte en una persona diferente, con dolor interno y por la necesidad de encontrar valor para seguir adelante.

El dolor se comparte mejor con las personas que ya lo conocen. Quien ha experimentado la pérdida de un ser querido comparte un lenguaje silencioso con otros que han vivido la misma situación. Conllevan una sensibilidad que obtuvieron sin buscar ni pedir, a pesar de que la puedan diluir, jamás la lograrán disolver.

Hay que aprender a vivir con el dolor; Existen situaciones que no tienen explicación ni razón de ser, de alguna manera será mejor aceptarlas y seguir viviendo, con una actitud positiva, construyendo, creando, ya que para sanar hay que transformar el dolor y crecer.

Por Becky Krinsky Braverman

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