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Informe insightcrime: La vez que la MS13 quiso ser una sola pandilla (y fracasó)

La MS13 se ha ido fortaleciendo en Estados Unidos. El investigador Carlos García cuenta cómo uno de sus líderes en California intentó unificar el proyecto criminal a nivel nacional.

En julio de 2011, hombres de la Mara Salvatrucha (MS13) acudieron a una reunión en California organizada por el marero «Bad Boy». A la junta llegó José Juan Rodríguez Juárez, alias «Dreamer», para enterarse en qué consistía lo que se estaba siendo denominando «El Proyecto».

El Proyecto era una alianza en nacimiento entre la Mexican Mafia (La eMe), la MS13 y los Caballeros Templarios para la distribución de droga en Estados Unidos. Para concretar la participación de la MS13 en ese negocio, un marero llamado Luis Gerardo Vega, alias «Little One», fue aceptado dentro de La eMe, un momento histórico para una pandilla que antes era mirada como los peones dentro de la agrupación regional de La eMe, conocida como Los Sureños.

La participación de Little One cambió las funciones de la MS13 dentro de Los Sureños. Ya no serían los mensajeros o los matones. Ahora tendrían una silla en la mesa de «los señores», como llaman a los miembros de La eMe.

Como esa alianza la había facilitado Little One, en la reunión estaban presentes homies de la Mara Salvatrucha, señores de La eMe e integrantes de los Caballeros Templarios, para saber cómo sería la red de distribución de metanfetamina y demás drogas, principalmente drogas sintéticas, por los condados de Los Ángeles y Orange.

Dreamer se interesó mucho. Podía ser el comienzo del negocio más lucrativo que la MS13 había concretado en su historia y un paso gigante en su desarrollo como pandilla. Como resultado de El Proyecto, La eMe y la MS13 lograrían lucrarse de las ventas de esas sustancias durante varios años. Más importante aún, la Mara Salvatrucha estrechó sus vínculos con la Mexican Mafia y los Caballeros Templarios. Y en medio de todo estaría el Dreamer.

Parte de la información que a continuación se presenta fue tomada de la acusación judicial número 14-50279 de la Corte Federal del Distriro de Nueva Jersey en contra de varios miembros de las MS13, así como de la versión de un par de pandilleros activos y fuentes hemerográficas.

El Soñador

De padres mexicanos y nacido en Estados Unidos, José Juan Rodríguez Juárez ganó el nombre Dreamer dentro de su clica, la Hollywood Locos, por ser un soñador sin miedo. A pesar de no tener ni una gota de sangre salvadoreña, ganó la atención primero de sus compañeros en la MS13 y luego de la pandilla carcelaria latina más grande de Estados Unidos: la Mexican Mafia.

Quienes lo conocen, saben que uno de sus padrinos fue Danny Román, alias «Popeye», un viejo pandillero de la pandilla Harpys, que lleva más de 32 años preso y aislado en Pelican Bay. Dreamer se ganó la «fama de buen soldado,» según cuentan sus compañeros, cuando alguna vez cayó preso y realizó acciones para Popeye, que lo llevaron a mover droga y hasta a «mojar un filero».

Para julio de 2011, Dreamer ya estaba libre de nuevo y sólo unos días después de participar en la reunión de El Proyecto, Dreamer se dedicó de lleno a la venta de metanfetaminas en las calles angelinas por casi dos años. Hacia mediados de 2013 estaba completamente involucrado en el menudeo de esta droga sintética, que fue aumentando su demanda con el paso de los años. En dos años vendió al menos 566 gramos de metanfetamina en la ciudad de Los Ángeles con boyante éxito. Un éxito que lo acomodó en las grandes ligas pandilleriles del Sur de California y le brindó la experiencia y visión para expandir este lucrativo negocio.

Un programa para Estados Unidos

El 6 de octubre de 2013, Dreamer organizó una conferencia telefónica para dar a conocer un plan demasiado ambicioso, propio de la mentalidad de un carnal. Por cierto, para esa fecha, Dreamer ya corría con los señores de La eMe.

Esa llamada —que quedó registrada en la acusación de la Corte del distrito de Nueva Jersey en junio de 2014 y sobre el cual está basado una gran parte de esta investigación— estaba enlazada con pandilleros de la costa Este y Oeste de Estados Unidos, así como con otros de El Salvador. Quienes estaban ligados vía telefónica fueron los homies Joel Antonio Cortez, «Pee Wee», Amilcar Romero Cruz, «Chichi», ambos presos en California; Pedro Romero Cruz, «Payaso» libre en Virginia y Carlos Sandoval Batres, «Trusty», preso en El Salvador.

En esa llamada de carácter trasnacional y clandestino Dreamer habló de organizar y unificar toda Mara Salvatrucha de Estados Unidos a través de un plan que bautizó: Programa Nacional.

Dicho programa tenía dos objetivos primordiales. El primero, imponer un nuevo cobro mensual o tax a todas las clicas de la MS13 que estaban más allá de los límites de California para contribuir con la cuota que exige La eMe a todas las pandillas sureñas y por ende para que la MS13 recibiera un mejor trato dentro de las cárceles federales.

El segundo objetivo era aprovechar esa red de clicas que tiene la Mara Salvatrucha en Estados Unidos para establecer nuevos canales de distribución de droga de California a la Costa Este.

«Mafioso», un pandillero activo, supo de primera mano sobre el Programa Nacional. Recuerda fielmente cuáles fueron las órdenes que se dictaron: «[Dreamer] le puso a las clicas de New Jersey, New York, Virginia, Maryland y Los Ángeles que le dieran US$50 [por persona] y que hicieran jales». Dichos «jales» o trabajos eran precisamente «vender ice y buscar dinero como sea. Buscar más territorio y respetar las leyes que él puso», revela.

La posición de Dreamer como carnal lo inspiró a encabezar esta tarea que se antojaba titánica. El poder que le confirió La eMe lo motivó a pensar que podía reunir a toda la Mara Salvatrucha de Estados Unidos bajo un solo programa, sin considerar que entre clicas de ambas regiones existían diferencias organizacionales y de naturaleza, desde tiempo atrás.

La táctica de Dreamer era mostrarle a La eMe que el poderío y expansionismo de su pandilla se prolonga por todo lo ancho de Estados Unidos, es decir de costa a costa. Por lo que el respaldo de la Mara Salvatrucha bajo su mando beneficiaría a la Mexican Mafia y a Los Caballeros Templarios para generar más dinero de renta y para abrir el mercado de las drogas en territorios como Nueva Jersey, Carolina del Norte, Virginia, Maryland y Nueva York para los michoacanos que no tenían presencia por esos territorios. La MS13 lograría que se expandiera hasta allá gracias a sus tantas clicas afincadas desde los noventa.

Su categoría como carnal lo orilló a autonombrarse líder del Programa Nacional y por extensión en ranflero o líder de toda la Mara Salvatrucha en Estados Unidos. Así que, con esos aires, pidió a sus compañeros que comenzaran a llamarlo «Sacerdote».

Tal como opera la Mexican Mafia, el plan de Sacerdote consistió en auxiliarse de dos mareros presos en California, los cuales desde intramuros operarían la lógica y tejerían los contactos para llevar a cabo el programa.

Chichi, de la clica Centrales Locos y preso en la prisión de Calipatria, se convirtió en el segundo a bordo. Se le asignó mantener comunicación con homies de El Salvador y Estados Unidos para que Sacerdote limitara sus llamadas telefónicas. Sus tareas principales eran idear los canales de distribución de droga en los sitios con presencia MS13, así como exigir la renta a sus compañeros de otras latitudes.

Por su parte, Pee wee de Western Locos, recluido en la prisión de Los Ángeles en Lancaster, se transformó en el vocero del programa, en el encargado de propagar y explicar en qué consistía dicho proyecto. Otra de sus labores consistía en notificar cuáles serían las consecuencias de quienes no querían alinearse a las instrucciones dictadas por Sacerdote, pues sabían de antemano que no todos los mareros en la Costa Este estarían de acuerdo en pagar un impuesto a una organización que ni trataban y ni conocían, como era la Mexican Mafia.

Estos dos veteranos acataron las órdenes de su joven compañero para comunicar todos sus recados a través de celulares introducidos ilegalmente en sus celdas.
Costa Oeste Vs. Costa Este

Esa llamada telefónica fue el inicio de todo. Uno de los mareros que estaba tras el teléfono insistió que el Programa Nacional debía tener control sobre todas las actividades de la pandilla en la Costa Este, que los compañeros de ese extremo norteamericano debían enfilarse por igual a las reglas que se corren en Los Ángeles, es decir acatar «la política de California», como la llaman ellos. Querían una pandilla centralizada, una Mara Salvatrucha homogénea debido a que clicas del Este habían mostrado renuencia a las reglas impuestas por sus homies angelinos en un pasado de la vida de la pandilla y no querían que eso sucediera.

La relación entre las clicas de Los Ángeles y de la Costa Este nunca ha sido la mejor. Los mareros de California consideran que sus homólogos del otro costado no tienen idea de la lógica ni el origen de las pandillas sureñas. Consideran que muchos de los pandilleros que operan en la Costa Este son una copia mala del modelo angelino o, en el peor de los casos, que son compañeros llegados de El Salvador que no conocen nada de las políticas de la vida pandilleril de California.

En otros términos, la ideología de la MS13 de la Costa Este, a visión de sus compañeros, está estrechamente relacionada con la gente de Centroamérica y no con el lugar de nacimiento de la pandilla, que es Los Ángeles.

Mafioso es de los que comparte esta idea, cree que la gente del litoral Este no conoce bien el operar del Sur y su relación con La eMe. Y eso le enoja.

«La verdad no saben la historia de nosotros aquí en California. Antes no se les pagaba a los carnales y muy fácil nos ponían la luz verde», dice.

Sin embargo, el plan les gustó mucho a los homies que estaban en esa llamada, principalmente a miembros del condado de Hudson, Nueva Jersey, que recibieron con agrado la creación del Programa Nacional.

Carlos Andrew Valdez, «Catracho», líder de la clica Hudson Locotes Salvatrucha, fue uno de los que apoyó completamente el plan de Sacerdote. Tanto así que se dio a la tarea de convencer al líder de la clica Plainfield Locos Salvatruchas, también de Nueva Jersey, para que se sumara al plan.

Payaso de Park View Locos fue otro que tomó la noticia con agrado hasta Virginia, pues estando preso quería que sus compañeros en libertad pagaran la renta, y apoyó la propagación de este proyecto también llamado «unificación del barrio». Quería que la droga se comercializara a granel por Virginia, estaba interesadísimo en el negocio. En Maryland clicas como Dalmacia Criminals y Langley Park Salvatruchos de igual forma sumaron esfuerzos, principalmente la homegirl «Chola» de Langley Park Salvatruchos.

Esta mujer se sumó de lleno al proyecto, convirtiéndose en íntima colaboradora de Sacerdote. «Smiley» de Normandie Locos fue otro soldado que se entregó a la causa. Para entonces, todo parecía ir sobre ruedas.

Cuando Pee Wee corrió la voz a sus homeboys sobre el Programa Nacional, intentó ser claro lo que esto implicaba: «[Sacerdote] es el dueño de todo Estados Unidos», dijo por teléfono, «prácticamente todo Estados Unidos le pertenece a él».

Todo movimiento era de su competencia.

El Salvador: ‘Nuestro propio sistema’

Como quedó constatado en las más de cuarenta hojas de la acusación en contra de Dreamer y demás homies, la palabra se propagó hasta El Salvador. La idea del Programa Nacional llegó hasta los oídos de «Burro» y «Eterno» de la clica Pinos Locos Salvatruchos, quienes se habían radicado en Nueva Jersey y se hallaban deportados en suelo salvadoreño.

Así que la conexión con El Salvador se dio debido a que estos líderes estaban allí y podían triangular llamadas al West Coast, no tanto porque se buscara sumar compañeros salvadoreños al proyecto. El programa en un comienzo fue un plan de carácter nacional y no internacional. Pero al final también se buscó sumar a colegas centroamericanos para apoyar la causa. Alias Trusty, preso en una cárcel de El Salvador sirvió de salvoconducto para que la gente de Estados Unidos le hiciera llegar a la cúpula salvadoreña de la MS13 la propuesta de unir a toda la pandilla.

Para entonces, en El Salvador se vivía la recta final de un acuerdo entre las varias pandillas y el gobierno, mejor conocido como «la tregua». Durante ese periodo de relativa paz, los líderes nacionales de la MS13 estaban alojados en cárceles de media y baja seguridad, que les permitía recibir con enorme facilidad información proveniente de Estados Unidos.

Mafioso recuerda que Sacerdote hizo una «misa con las tres cantonas de El Salvador», es decir, una reunión vía telefónica con hombres de las tres cárceles donde se recluían sólo miembros de la MS13. Se trataba de Ciudad Barrios, Gotera y Chalatenango.

Durante la tregua, los líderes salvadoreños solían aparecer en programas de televisión exhibiéndose o en actos públicos con políticos para explicar de qué se trataba esa estrategia de bajar el número de homicidios para crear paz. Pero para Sacerdote el hecho de que los líderes se expusieron en televisión no era algo positivo, entonces aprovechó esa llamada para exigirles que dejaran de lado los reflectores y conductas inapropiadas de la pandilla, y se abocaran a mantener una pandilla seria.

«Sacerdote les dijo que no den la cara en la televisión y que cuál era esa tregua qué están haciendo con el gobierno. Que no le gustaba que esos locos de allá abajo anden matando a niños y violando a mujeres o a niñas», recuerda Mafioso. Lo que hacían en El Salvador, tampoco iba con la mentalidad de la gente de Los Ángeles.

Les habló también sobre colaborar con el Programa Nacional y sumar esfuerzos, pero los homies salvadoreños se negaron. La MS13 de El Salvador no está para apoyar una organización que esté por encima de ella. José Luis Mendoza Figueroa, «Viejo Pava» uno de los ranfleros nacionales preso en Ciudad Barrios durante la tregua lo dijo muy claro: «Nosotros corremos nuestro propio sistema».

La respuesta no fue del agrado de Sacerdote, así que las asistencias económicas o en especie, que en ocasiones les hacían llegar a compañeros de El Salvador, se interrumpieron. Mafioso asegura que el dinero que pedían desde tierras salvadoreñas, ya fuera para una recarga de celular, para comida o para zapatos, se suspendió.

«Para nosotros son majes, no quisieron. Ok está bien, pero ya no los ayudamos para nada. Ante se les mandaba dinero, ahora no y mire ahora ahí están jodiéndonos», dice Mafioso.

De vuelta a Estados Unidos, la orden de cobrar el tax a las clicas del Este estaba dada y en curso. En algunos sitios los homies comenzaron a aportar sin reproche. Chola se había convertido en indispensable para Sacerdote, «era la que buscaba la renta de las clicas», recuerda Mafioso. Smiley se encargaba de buscar el número de las tarjetas que le daban los homies y cuando conseguía dar con la cuentas se las pasaba a Chola. La suma de todas las rentas llegaban hasta las manos de esta mujer, quien a su vez enviaba el dinero a Sacerdote por transferencia. Era cercana a él y tenía conocimiento de los movimientos de este marero y carnal.

Al finales de 2013, Pee Wee seguía esparciendo la voz exigiendo la renta mensual a kilómetros de distancia. Descubrió que ciertos líderes de Maryland se estaban negando a colaborar, rehusaban del Programa Nacional. Chichi, que su función era hacer que el plan se cumpliera a cabalidad, estaba enfurecido por el desacato, así que vociferó por celular desde su celda que quienes no querían sumarse recibirían una «puta golpiza».

Los homies de Nueva Jersey eran de los más comprometidos con el programa. Así que integrantes de la Hudson Locotes Salvatrucha respaldaron la advertencia de Chichi e idearon cómo aleccionar a aquellos que no querían colaborar con el programa. Habían comenzado a gestarse verdaderas crispaciones entre miembros de la MS13 y querían solucionarlo a su manera.

Las discrepancias al interior de ciertas clicas no detuvo ni por un momento el objetivo comercial de Sacerdote de vender droga hasta el oriente estadounidense. Quería enviar el producto desde California hasta Nueva Jersey y lo lograría. Al menos 56 gramos de metanfetamina fueron enviados a homies de Newark a tan sólo cuatro días de habérselo planteado. El plan de distribuir droga había comenzado a tomar forma pese a las vicisitudes.

Una ambición por alcanzar España

Chichi también tenía ideas expansionistas. Quiso que el Programa Nacional no se limitara únicamente a Estados Unidos, deseaba que tuviera alcance hasta Europa, precisamente en España, donde aseguró que existían al menos seis clicas.

En su afán imperialista pidió en una llamada telefónica apoyar la propagación de la MS13 en ese punto de Europa dado que el euro era una moneda rentable. Así que clicas esparcidas por ambos continentes entraron en contacto.

Carlos Alberto Hernández Pineda alias «Negro», ranflero de la clica Providence Locos era uno de los contactos entre la nación europea y el Programa Nacional, según «Mafioso».

«Ahí está el loco que le dicen el Negro que es de Providence, él es el que corre el pedo ahí y es el que se reporta a [la cárcel salvadoreña de Ciudad] Barrios», sostiene.

La Providence, una clica nacida en Rhode Island, Massachusetts, logró expandirse a Madrid y desde allá mantener contacto con colegas salvadoreños deportados de Estados Unidos. «Poison» de la Park View Locos, preso en Ciudad Barrios era uno de ellos. Los expatriados fungían como puente entre los homies de España y Norteamérica. La conexión se daba vía El Salvador porque este país funciona como una oficina centralizada que canaliza llamadas con todas las clicas del mundo, debido a la enorme cantidad de pandilleros de diferentes clicas que hay en suelo salvadoreño.

A pregunta expresa, ¿por qué la gente de Providence se reportaba a El Salvador y no a Estados Unidos?, Mafioso responde que es «fácil entenderlo, pues si alguno de los homies de España llegara a ser deportado, será enviado a El Salvador y no a Rhode Island.

Tras la comunicación que hubo, Chichi quería que las clicas Providence Locos, Normandie Locos, Big Crazy, Dementes Locos Salvatruchos, Demonios y otra más, le redituaran un pago mensual desde España.

Los homies de allá intentaron llevar a cabo las órdenes. Esteban Arnulfo Naviti Mejía «Darkin» ranflero de la Big Crazy ordenó a sus compañeros de clica depositar 100 euros mensuales a una cuenta bancaria común. Este hombre junto con su hermano, Pablo Antonio Naviti Mejía, «Big Man», estaban también pendientes de que el negocio de la droga se efectuara como resultado de su anexión al plan de Sacerdote.

La idea de unirse al Programa Nacional pronto inspiró a Darkin a hacer lo mismo en España y unificar el puñado de células regadas en ese país bajo un mismo programa. En menos de dos meses de haber entrado en contacto con compañeros de América, el 31 de diciembre de 2013, este hombre se encargó de conformar el «Programa 34», que reunía clicas de Madrid, Barcelona, Gerona y Alicante. El nombre del programa fue tomado de la clave telefónica internacional del país: el 34. Mientras que el Negro de Providence Locos se convirtió en la segunda palabra de dicho proyecto. Al paso de pocos meses, el Programa 34 fue disuelto por la Guardia Civil española al capturar a la mayoría de los líderes. La MS13 aún no estaba para madurar por tierras europeas.

La cacería interna

De vuelta en Estados Unidos, la intolerancia de los homies por los que no querían formar parte del programa llegó al grado de ordenar el asesinato de uno de sus compañeros. Se trataba de «Chele» de la Pinos Locos Salvatruchos. Catracho, en una reunión telefónica, pidió autorización a compañeros de Nueva Jersey y El Salvador para ejecutarlo a él y a su hermano, decían que el consanguíneo de Chele pertenecía a una pandilla rival. Así que negarse a pagar la renta, tener un hermano enemigo y vivir en Nueva Jersey fueron razones suficientes que inspiraron a Chichi para postularse como su verdugo. La pandilla accedió, los querían sin vida.

Entonces se comenzó a maquinar la idea de conseguir las armas para el atentado. Homies de la pandilla también comenzaron a correr la voz que llegó hasta los oídos de Mafioso. El plan de despachar a Chele se discutió en una casa de Nueva Jersey donde llegaron Catracho, «Chiky», «Blacky» y «Niño» de la Hudson Locotes Salvatrucha, así como «Buffalo» de Pinos Locos Salvatruchos, para intercambiar nuevamente ideas por teléfono con colegas deportados en El Salvador. Al final cerraron la confabulación y se la comunicaron a Pee Wee, quien para esos días estaba al pendiente de los depósitos que entraban en su cuenta carcelaria proveniente de las rentas.

Mafioso sabe que Chola voló desde Maryland a California para reunirse con Sacerdote y entregarle las rentas que recolectaba en la Costa Este. En ese viaje le acompañó un marero conocido como «Tío», quien junto a Chola y otro homie, eran los únicos que sabían donde se ubicaba Sacerdote.

El caso de la corte de Nueva Jersey describe en su bitácora que el 7 de diciembre, un «Conspirador #1» había volado entre los dos estados para reunirse con el líder del Programa Nacional.

Ese mismo día Chichi se comunicó con compañeros del Este para hablar sobre traficar drogas de Los Ángeles para allá. Estaba convencido que sería un buen negocio, en parte porque él y otros miembros de la pandilla, bajo el respaldo de La eMe, tenían la oportunidad de suplir metanfetamina, heroína, cocaína y otras drogas a un precio bajo. «Primero, nosotros lanzamos algo para ver si los tiburones van por él», dijo en esa llamada.

Los mareros al otro lado del teléfono se portaron optimistas ante la noticia, diciendo que en experiencias pasadas habían tenido buenos resultados con la venta de metanfetamina, así que creyeron que encontrarían compradores rápidamente.

Chichi insistió en que el producto se vendería. «Esa mierda, el cristal hermano, es buena. Si tú logras venderla a estos idiotas, después verás que se venderá por libra. Y las libras son más baratas aquí, hermano», dijo. Hacía el final de la llamada Chichi le proporcionó el número de Sacerdote a sus homies para que ellos se comunicaran directamente con él y hablaran sobre la venta de droga.

Muchos de los planes del programa estaban siendo espiados por autoridades federales. Por eso, el 10 de diciembre el plan de Sacerdote llegó a su fin. A tres días de haber recibido a homies de Maryland fue capturado por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI por sus iniciales en inglés) en Los Ángeles.
Lo que extraña a Mafioso es reconocer que el día en que Sacerdote fue aprehendido sólo pocos hombres de la MS13 sabían donde se hallaba. «El problema es que ese día sólo tres personas sabían donde él iba a estar y una de ella, es la Chola de Maryland, sostiene con sorpresa.

La justicia estadounidense una vez más logró persuadir e infiltrar mareros dentro de la pandilla para obtener información de todos los movimientos del Programa Nacional. Gracias a la intervención de llamadas, las autoridades dieron con Sacerdote y sus secuaces, evitando el asesinato de Chele y su hermano. Por lo que «la muerte de dos chavalas no se pudo hacer», arroja Mafioso.

La ambición de nuclearizar la pandilla bajo un mando único duró tan sólo tres meses. Sacerdote fue acusado por delincuencia organizada, distribución y posesión de drogas y de conspiración por gestión interestatal de recursos de procedencia ilícita, siendo sentenciado a cadena perpetua.

Pee Wee y Chichi se declararon culpables y fueron acusados de asociación delictiva y sentenciados también de por vida en cárcel. En junio de este año fueron enviados del sistema penal californiano, a la cárcel federal de Northern State Prison, en el condado de Essex, Nueva Jersey, conocida como «The Green Monster».

Nueve pandilleros más, entre ellos miembros radicados en El Salvador, fueron acusados de cinco a 30 años en prisión por delitos que fueron desde distribución de droga hasta delincuencia organizada. El Programa Nacional fue atacado directo al corazón.

Un día después del arresto de Sacerdote, el 11 de diciembre de 2013, homies se comunicaron vía telefónica con Chichi para saber cuál era la situación ahora que Sacerdote estaba tras las rejas, a lo que Chichi contestó sin dudar: «el proyecto continúa al 100 por ciento. Todo él».

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