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La telesonografía, una nueva aliada para las mamás y sus bebés

Los trabajadores del centro de salud de Santiago de Puringla, localizado a 140 kilómetros al noreste de Tegucigalpa, atienden a una población de 5 500 mujeres en edad fértil. La mayoría de ellas vive en la pobreza. El 12 por ciento ni siquiera sabe leer ni escribir y un 17 por ciento todavía carece de una letrina en el hogar.

Sin embargo, la brecha social y económica no es el único obstáculo que enfrentan estas mujeres para acceder a unos servicios de salud de calidad. La distancia y la geografía siguen siendo en muchos casos la principal barrera. Médicos, personal de enfermería y auxiliares tienen que recorrer más de cuatro horas por las montañas para llegar hasta sus pacientes embarazadas.

En este contexto, los retos para los servicios de salud en Honduras son muchos. ¿Cómo lograr la detección oportuna de complicaciones en el embarazo en mujeres que viven en áreas pobres y de difícil acceso? ¿Podría la tecnología ayudar a ofrecer a estas mujeres una atención de calidad que incluya el análisis de imágenes por ultrasonido de su futuro bebé?

La tecnología puede alcanzar zonas remotas

Los gobiernos de Honduras y Belice, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de la Iniciativa Salud Mesoamérica (ISM), llevan cinco años trabajando para mejorar el acceso a ultrasonidos obstétricos durante el embarazo a través del uso de aplicaciones móviles para la población vulnerable ubicada en lugares remotos y de difícil acceso.

El programa ha logrado integrar a más de 250 médicos que han atendido a más de 100 000 mujeres. Los datos preliminares obtenidos hasta la fecha demuestran que esta innovación puede ser un método altamente efectivo para brindar servicios de ultrasonido en estas zonas. El uso combinado de equipos de ultrasonido con el Programa de Telesonografía, que implica la transmisión de imágenes y videos mediante teléfonos celulares en un chat de Whatsapp, está cambiando dramáticamente la atención para el diagnóstico y tratamiento obstétrico de las mujeres.

Impacto y beneficios de la telesonografía en la red
De los datos preliminares obtenidos de 5 024 telesonografias realizadas, se observó que en 3 361, o el 66.9% de los casos, se detectaron anormalidades. De estos, en el 57.8% se apreciaron factores de riesgo de complicaciones obstétricas, como detección de posibles hemorragias maternas, preeclampsia y probables infecciones, entre otros. En cuanto a la salud fetal y del recién nacido, en el 36.4% de los casos se detectó un riesgo de mortalidad fetal y en el 22.6% de probables complicaciones neonatales.

Estos datos apuntan a que la telesonografía permite tener un diagnóstico neonatal más acertado durante el embarazo y, por lo tanto, programar oportunamente el parto y el manejo hospitalario. Su uso dentro de la red permite afianzar los conocimientos médicos y volverlos accesibles. Por ejemplo, en el 20% de los casos donde se detectaron complicaciones, los médicos de las áreas remotas que realizaron los ultrasonidos consultaron con un especialista en la capital vía el chat grupal de Whatsapp.

Por otro lado, el uso de la telesonografía en Honduras ha permitido ahorrar gastos en traslado para las pacientes que anteriormente debían movilizarse desde zonas rurales y remotas para poder acceder a un ultrasonido.

Aprovechar su potencial y abordar los retos
La telesonografía se impulsó en Honduras por medio de una asociación público privada entre el BID y la ISM, el Gobierno de Honduras, la Fundación Bill y Melinda Gates, el Instituto Carlos Slim para la Salud y el Gobierno de España. Con esa experiencia, el modelo se aplicó después en el Programa de Residencia en Ginecología y Obstetricia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras Valle de Sula.

Las lecciones aprendidas en estos últimos cinco años han sido de gran valor para continuar mejorando y haciendo más eficiente el uso de esta tecnología. Algunos desafíos para catapultarla incluyen:

– falta de acceso a internet en algunas comunidades

– falta de capacidad de almacenamiento y procesamiento de algunos dispositivos móviles

– falta de una norma técnica que regule el uso de esta tecnología y los dispositivos móviles y defina un protocolo que asegure los derechos y la privacidad de las pacientes.

Asimismo, el reto para escalar esta innovación es lograr institucionalizarla, asignando los recursos necesarios, e incluir en las normas de atención materno-neonatal el uso de la telesonografía.

Más allá de estos desafíos, que no son menores, la utilización a gran escala de esta tecnología tiene el potencial de salvar miles de vidas de mujeres y niños en las comunidades remotas, que actualmente no tienen el acceso a los servicios de salud de calidad que necesitan.

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