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“Se analiza que extorsionadores vayan a pagar sus delitos a cárceles de máxima seguridad”: Presidente Hernández

Tegucigalpa, 4 de octubre. El presidente Juan Orlando Hernández anunció hoy que se analiza la posibilidad de que los cabecillas de la extorsión paguen sus delitos en cárceles de máxima seguridad, con el objetivo de seguir recuperado la paz y la tranquilidad de los hondureños.

En conferencia de prensa en Casa Presidencial, Hernández presentó un informe estadístico que revela que los índices de muertes diarias se reducen hasta en cinco puntos cada vez que se trasladan reos de alta peligrosidad a cárceles de máxima seguridad en el país.

Acompañado por autoridades de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) y del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Hernández advirtió a miembros de maras y pandillas presos que se están monitoreando sus acciones y que, si continúan ordenando delitos desde sus celdas, serán enviados a las cárceles y módulos de máxima seguridad existentes en Honduras.

Mensaje íntegro:

Quiero hacer del conocimiento de ustedes, los medios de comunicación y el pueblo hondureño en general, los logros dramáticos que se han alcanzado en el momento que las reformas al Sistema Penitenciario entran en vigor, tal y como lo dicen las normativas y las buenas prácticas internacionales.

En ese sentido quiero reconocer a todos los miembros de Fusina; a los equipos de hombres y mujeres que trabajan y controlan la institución penitenciaria, el Instituto Penitenciario, Policía Nacional, Policía Militar, jueces, fiscales, Fuerzas Armadas, y en fin, a todos.

Mi compromiso es y sigue siendo trabajar arduamente para recuperar la paz y la seguridad a los hondureños, y nada nos hará retroceder.

Parte de cada una de las decisiones que he tomado en esa ruta es asumir riesgos y consecuencias; estos grupos criminales han perdido mucho dinero y están dispuestos a vengarse.

Otros, aparte de dinero, han perdido el libertinaje en el que vivían, supuestamente, entre comillas, privados de libertad.

Y es que todos siempre considerábamos que en las cárceles habían cosas que no estaban bien; se les llamaba escuelas o universidades del crimen, porque incorrectamente estaban mezclados los que extremadamente son peligrosos, perversos, malos, con los que entraban por delitos menores y que bien pudieran de alguna manera regenerarse, rehabilitarse o reeducarse.

Siempre se supo que desde las cárceles se ordenaban asesinatos, extorsiones, secuestros y todo tipo de acciones criminales. Pero nunca se quiso hacer nada contundente.

Por eso, cuando iniciamos el Plan Morazán I, en el periodo anterior, yo ordené desde el Ejecutivo la reforma integral del Sistema Penitenciario, que todavía sigue en proceso; y repito: nadie había estimado la trascendencia que tendría un solo concepto, el de máxima seguridad, la magnitud del efecto en la que íbamos a ver reflejados la reducción de la criminalidad, y hoy podemos ver esos datos.

Estamos hablando de los traslados del último año, y en 2016 y 2017. Fíjense bien: 37 trasladados la primera vez, el 21 de septiembre de 2016; luego otros traslados en octubre, pero el traslado importante, de 755, el 15 de marzo del 2017, y 385 en abril, miren cómo marca la tendencia: estaba estable y luego baja.

Estamos hablando que se reduce en cinco puntos la tendencia de crímenes diarios, cada vez que se realizan esos traslados.

En ese sentido, no podemos dejar de reconocer que seguir trabajando en la reducción de extorsiones, en la reducción de homicidios, pasa por seguir afinando esta situación, pero nadie sabía la trascendencia y la magnitud de la reducción de los índices de criminalidad.

Cuando abrimos las cárceles de máxima seguridad, por ejemplo en Ilama, la primera, inmediatamente se comenzó a bajar el índice de homicidios, como se puede ver -en la gráfica 1- claramente.

El promedio de homicidios diarios, que era 15, en los siguientes meses después de los traslados bajó a 9.75.

Ahora fijémonos en este detalle: bajar un punto significa bajar 30 muertes en un mes, 360 en un año, así que el primer esfuerzo al bajar cinco puntos fue de 150 hondureños cuyas vidas fueron salvadas cada mes, 1.800 en el siguiente año. Así de impactante.

El secreto es la aplicación de las medidas que señala la ley para privados de libertad de máxima seguridad: 23 horas de aislamiento, y otras que van en la normativa internacional y que van en las buenas prácticas.

Como recordaremos, hace unos meses informé a la nación de una resolución judicial, aquí mismos entre ustedes, y hablé de una resolución judicial que había obligado al Instituto Penitenciario a parar el cumplimiento de la normativa, y ustedes pueden ver en la segunda gráfica qué fue lo que pasó: se regresó a lo mismo.

¿Qué implica esa resolución general?

Sacar de las celdas de máxima seguridad a quienes estaban allí recluidos y se empezaron a mezclar con los demás. Luego de eso se tomó la decisión de volver, desde el punto de vista administrativo, ya desde el Poder Ejecutivo, a activar lo que el público le ha puesto como La Jaula, que es la cárcel de máxima seguridad ubicada en Támara. Es nueva.

Se realizaron traslados el 28 de agosto, el 17 de septiembre y ayer, y nuevamente, y hoy, todavía un criminal peligroso fue trasladado. Son capturas que se han venido haciendo por el grupo de Antimaras y Pandillas, la Policía Nacional, la Policía Militar, en conjunto con el Ministerio Público, Fusina, en ese marco.

Miren nuevamente el efecto: en agosto teníamos un promedio diario de muertes de 12.4, porque esa resolución judicial obligó al Instituto Penitenciario a sacar a los reos de máxima peligrosidad de las cárceles de máxima seguridad, y después de estos traslados y la aplicación de las medidas ¡se ha bajado a 7.24; nuevamente una reducción de cinco puntos que representa 46% como efecto inmediato!

Es por eso que hoy ratificamos que nada nos hará retroceder porque esto es salvarles la vida a los hondureños, es apoyar al pueblo hondureño, protegerlo de la extorsión, protegerlo de los asesinatos, de los secuestros, que se ordenan desde las cárceles.

A la ciudadanía, que se empodere de esta reforma al sistema, que la cuide y que la acompañe.

Esto debe ser así siempre, de ahora en adelante, y todo Gobierno que venga debe sostenerlo y si es posible mejorarlo.

A la oposición política, que siempre se oponen a las cárceles de máxima seguridad, les decimos que no insistan porque eso es en contra del pueblo hondureño; esto es de los mejores elementos que hemos tenido en la lucha por recuperar la paz y la tranquilidad.

A los operadores de justicia nuestro reconocimiento, a todos los que contribuyen con su mejor esfuerzo, y que están apoyando esta reforma.

Quiero entonces anunciar que vamos a profundizar nuestros esfuerzos, que vamos a abrir nuevas instalaciones pronto de máxima seguridad en El Porvenir y los medios de comunicación serán invitados en su momento.

Mientras tanto, entre lunes y martes, queremos invitarles a conocer un pabellón de máxima seguridad en Támara y que se ha conocido como La Jaula.

Anunciamos además, y particularmente un mensaje a los miembros de maras y pandillas que aún siguen en otras cárceles: que seguiremos monitoreando y haciendo estos traslados en la medida que se vaya identificando que ellos están cometiendo diferentes delitos desde los centros penitenciarios.

¿Qué es lo contrario a eso?

Bueno, si se portan bien, si no lo hacen, no van a ir a parar allá. Y si siguen cometiendo delitos, mandando órdenes, como en el banco les están esperando esas cárceles de máxima seguridad.

Estamos evaluando que los que están extorsionando vayan a las cárceles de máxima seguridad.

A los cabecillas del esquema de la extorsión, la única manera de proteger al pueblo hondureño es mantenerlos aislados. Es un mensaje que queremos dejar claro y que la directora del Instituto Penitenciario (Rosa Irene Gudiel) llevará esta y otras medidas a la Comisión de Justicia Penal, para analizar el fortalecimiento de todo el Sistema Penitenciario.

También ya tenemos listas las reformas, porque el Congreso Nacional es el único que puede modificar, y vamos a pedir el apoyo a ese poder del Estado para fortalecer las condiciones de manejo y la seguridad en las cárceles de máxima seguridad en el país.

Repito: nada nos detendrá, ni nos va a distraer porque esto es parte de todo lo que tenemos que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad del país. De eso se trata.

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