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El Papa expresa su dolor por el hallazgo de restos de niños indígenas en escuela de Canadá

El Papa Francisco expresó su dolor por la aparición el pasado 22 de mayo de tumbas no identificadas con los restos de 215 niños indígenas en una antigua residencial católica de Canadá.

Los cuerpos aparecieron en la Kamloops Indian Residential School, en el territorio de la nación originaria k’emlúps te Secwépemc, en la provincia de Columbia Británica. Por el momento, se desconoce de qué forma murieron los menores y su identidad, ya que no se documentó ni las muertes ni los enterramientos. El hallazgo de las tumbas se produjo gracias al uso de un radar de penetración terrestre.

El Pontífice señaló, en un mensaje leído al finalizar el rezo del Ángelus este domingo 6 de junio, que se une “a los obispos canadienses y a toda la Iglesia católica de Canadá para expresar mi cercanía al pueblo canadiense, que ha quedado traumatizado por esta impactante noticia”.

El Santo Padre subrayó que este descubrimiento, que definió como “espantoso” y “triste”, “aumenta nuestra conciencia del dolor y el sufrimiento del pasado. Que las autoridades políticas y religiosas de Canadá sigan colaborando con determinación para arrojar luz sobre este triste suceso y comprometerse humildemente en un camino de reconciliación y sanación”.

“Estos momentos difíciles son un fuerte llamado para que todos nos alejemos del modelo colonizador e incluso de las colonizaciones ideológicas de hoy, y caminemos juntos en el diálogo, el respeto mutuo y el reconocimiento de los derechos y valores culturales de todas las hijas e hijos de Canadá”.

Por último, pidió “encomendar al Señor las alamas de todos los niños fallecidos en las escuelas residenciales de Canadá, y rezar por las familias y las comunidades autóctonas canadienses que afrontan el dolor”.

La Kamloops Indian Residential School se fundó en el año 1890 bajo control del gobierno. La escuela, denominada inicialmente Kamloops Industrial School, pasó a estar administrada por los Oblatos de María Inmaculada desde 1892 hasta 1969. En ese año la escuela volvió al control gubernamental canadiense.

La escuela funcionaba como residencia para niños de las poblaciones indígenas, conocidas en Canadá como “First Nations” (Primeras Naciones). Hoy, en Canadá, existen 634 comunidades pertenecientes a las Primeras Naciones. Según el censo del año 2016, las Primeras Naciones agrupan a una población de más de 975 mil personas.

La residencia, que llegó a ser la escuela residencial más grande de Canadá, se cerró en 1978. Sin embargo, una investigación de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, realizada entre 2008 y 2015 para documentar el pasado y el impacto de las escuelas residenciales, documentó que 51 niños habían fallecido en la Kamloops.

La investigación llegó a la conclusión de que entre 4 mil y 6 mil estudiantes murieron por negligencias o como resultado de abusos en las diferentes escuelas residenciales canadienses, la última de las cuales, administrada por el gobierno federal, cerró en 1996.

La investigación de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación concluyó que el sistema canadiense de escuelas residenciales separó de sus familias a niños indígenas, inuit y métis para alejarlos de sus culturas y forzar su asimilación.

El 31 de mayo, el presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (CCCB), Mons. Richard Gagnon, expresó, en nombre de los Obispos de Canadá, “nuestro más profundo pesar por la desgarradora pérdida de los niños de la antigua Kamloops Indian Residential School en la Tk’emlúps te Secwépemc First Nation”.

Mons. Gagnon reconoció que “esta tragedia impacta profundamente a las comunidades indígenas, con quienes muchas personas en esta tierra y en todo el mundo ahora se solidarizan”.

Además, prometió que los Obispos ayudarán a las familias y comunidades afectadas: ““A medida que vemos cada vez más claramente el dolor y el sufrimiento del pasado, los obispos de Canadá nos comprometemos a seguir caminando al lado de los pueblos indígenas en el presente, buscando una mayor curación y reconciliación para el futuro”.

Por su parte, el Obispo de Kamloops, Mons. Joseph Nguyen, afirmó el 28 de mayo que se sentía “desconsolado y horrorizado” por la revelación: “No hay palabras de dolor que puedan describir adecuadamente este horrible descubrimiento”.

El Arzobispo de Vancouver, Mons. Michael Miller, mostró el compromiso de la Iglesia en Canadá de ofrecer transparencia y colaboración en las tareas de identificación de los niños fallecidos y en proporcionarles un entierro apropiado.

El Arzobispo, en una carta hecha pública el 2 de junio dirigida a los líderes de las Primeras Naciones y otros pueblos indígenas, ofreció una “profunda disculpa y sus sentidas condolencias a las familias y comunidades que se han visto devastadas”.

Afirmó que “sin duda la Iglesia estuvo equivocada al implementar una política de gobierno colonialista que resultó en la devastación para los niños, sus familias y comunidades”.

Subrayó que las disculpas “tienen que ir acompañadas por acciones concretas que permitan que se conozca toda la verdad”.

Asimismo, puso a disposición de la investigación “nuestros archivos y registros respecto a las escuelas residenciales”.

En ese sentido, informó de que los registros de la Kamloops Indian Residential School ya se encuentran bajo custodia de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

Por otro lado, la jefa de la k’emlúps te Secwépemc, Roseanne Casimir, confirmó el hallazgo y explicó que “dado el tamaño de la escuela, con hasta 500 estudiantes registrados y asistiendo al mismo tiempo, entendemos que esta pérdida confirmada afecta a las comunidades de First Nations en la Columbia Británica y más allá”.

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