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Estrategia de seguridad articulada es clave en la reducción del crimen organizado asegura viceministro de seguridad

Tegucigalpa. Por primera vez en la historia, Honduras cuenta con una estrategia de seguridad articulada con operadores de justicia fortalecidos, certificados y equipados que libran a diario una guerra frontal contra el crimen organizado, específicamente las maras y pandillas, y el narcotráfico.

“Los resultados en contra del crimen organizado y bandas delictivas que atentan contra la paz y seguridad de la población pasan por acciones claves que han sido determinantes en sacar de circulación a miles de delincuentes”, explicó el viceministro de Seguridad, Luis Suazo, también coordinador del Gabinete de Prevención, Seguridad y Defensa.

El funcionario detalló que entre las medidas impulsadas por el presidente Juan Orlando Hernández para lograr una verdadera transformación en los órganos de seguridad están reformas legislativas, creación de fuerzas elites, depuración policial, la Tasa de Seguridad y el fortalecimiento a los operadores de seguridad, que hoy en día cuentan con el equipo y la tecnología que les permite investigaciones científicas y tecnificadas.

Plataforma legal

Luis Suazo aseguró que el fortalecimiento de los organismos de justicia pasa por la aprobación de varias leyes, entre ellas la Ley de Extradición, Ley de la Policía Militar y del Orden Público, Ley Orgánica de la Policía, la Ley de la Carrera Policial, Ley de Inteligencia Nacional, Ley de Seguridad Poblacional, Ley Especial del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad y la reforma al Instituto Nacional Penitenciario.

A las reformas legislativas, en su mayoría impulsadas por el mandatario hondureño cuando era titular del Congreso Nacional, se le suma la conformación de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), que es un cuerpo elite conformado por las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Dirección de Inteligencia, Ministerio Público y Corte Suprema de Justicia, que exitosamente han unido todos sus esfuerzos y desarticulado bandas del crimen organizado, maras y pandillas y extorsionadores, indicó.

Comisión depuradora

La intervención de la Policía Nacional, que había sido infiltrada por el crimen organizado y bandas criminales, fue clave para adecentar la estructura de andamiaje policial, mediante un proceso de depuración que contó con el respaldo de la iglesia y sociedad civil.

La reestructuración de la Policía Nacional contempló la cancelación de 5.635 oficiales y agentes, desde generales hasta efectivos de escala básica, a los que se aplicaron informes de inteligencia, pruebas científicas, incluyendo el polígrafo, examen toxicológico, psicométrico y de contrainteligencia.

La creación de la Comisión Depuradora de la Policía Nacional permitió que la sociedad civil participara y tomara las decisiones necesarias que se necesitaban para rescatar esta institución que había perdido toda su credibilidad, enfatizo el viceministro de Seguridad.

Es por eso que se separó más del 40 por ciento de los agentes policiales con una depuración profunda de la Policía Nacional, desde la cúpula hasta los agentes. Una Policía que había sido penetrada y corrompida por grupos criminales, señaló.

Con la presencia de la sociedad civil se aseguró que no hubiera ninguna injerencia para proteger a los miembros policiales que andaban en malos pasos, por lo que se buscó el apoyo de un grupo de personas respetadas, comprometidas y valientes de la sociedad civil.

Los miembros de la comisión tuvieron la tarea de reclutar y capacitar una nueva generación de policías; “en esencia hemos construido una nueva Policía que ya cuenta con la confianza bien ganada del pueblo hondureño”, expresó.

Fuerzas elites

A la par de la depuración policial, el presidente Hernández también promovió la creación fuerzas especiales que se han vuelto una amenaza para las bandas delictivas como la Policía Militar del Orden Público (PMOP), la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), la Dirección Nacional de Investigaciones e Inteligencia (DNII) y la Unidad de Intervención de Comunicaciones (UIC).

Asimismo, a mediados de 2018 el mandatario hondureño creó la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), la cual se ha convertido en el terror de los grupos criminales que se dedican a la extorsión y otros delitos que atentan contra la paz y seguridad de la población, detalló Suazo.

Además, añadió el funcionario, se cuenta con la Fuerza Nacional de Seguridad del Transporte y la Fuerza Nacional para el Control de Centros Penales, que también han ayudado en gran medida en la reducción de la tasa de homicidios y de los niveles de criminalidad.

El viceministro Suazo indicó que como parte de la formación de cuerpos elites, y con el apoyo del Gobierno de los Estados Unidos, se capacitó a efectivos de la Policía Nacional y de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) como especialistas en armas y tácticas, siendo el primer grupo de agentes Swat en Honduras.

Mayor eficiencia operativa

El fortalecimiento de la Policía incluye la dotación del equipo logístico que le permita mayor eficiencia operativa y tener presencia permanente a nivel nacional.

En este sentido el Gobierno construyó sedes policiales con tecnología de punta en Santa Bárbara, Comayagua e Islas de Bahía; en San Pedro Sula y Tegucigalpa se construyeron los centros de operación de la DPI, y en El Ocotal, Francisco Morazán, el edificio de la Dirección General de la Policía Nacional.

A nivel nacional se remodelaron las estaciones policiales, que se equiparon con patrullas, motocicletas, camiones, grúas con capacidad de 50 y 25 toneladas, tanquetas antimotines, buses y vehículos para zonas turísticas.

Investigación criminal fortalecida

Como parte de su estrategia de seguridad en la búsqueda de la paz y la erradicación de la violencia, el presidente Hernández también ha puesto especial énfasis en fortalecer la investigación criminal y la inteligencia policial y por primera vez el país cuenta con laboratorios de criminalística de Policía Científica, con tecnología de primer nivel, declaró el viceministro.

Detalló que en La Paz se construyó el Instituto Técnico Policial y el Centro de Credibilidad y Confianza; en Tegucigalpa, el Laboratorio de Criminalística; en Comayagua, la Escuela de Investigación Criminal, y se cuenta con 21 laboratorios móviles que permiten realizar pruebas técnicas y científicas a nivel nacional.

Además, la Secretaría de Seguridad tiene un equipo video forense, especialistas en desactivación y post explosión, química forense, fotografía forense, especialistas científicos en técnica y medicina forense, así como patrullas con computadoras que cuentan con un archivo criminal con un sistema de alerta, declaró.

Suazo aseguró que, entre otras acciones, estos son los cinco puntos determinantes que dieron paso a la depuración y transformación policial, reduciendo los niveles de violencia y la tasa de homicidios en más del 50 por ciento, por lo que Honduras es hoy un ejemplo internacional por este gran logro.

Todo esto que se ha ejecutado en el Gobierno del presidente Hernández ha logrado devolver la paz y la tranquilidad al pueblo hondureño, y eso lleva a recordar que en su momento el país fue calificado como uno de los más peligrosos del mundo, cuando tenía una tasa de casi 90 homicidios por cada 100.000 habitantes; sin embargo, seis años después esa historia cambió dramáticamente al grado que “ya no estamos entre los más violentos del mundo”, enfatizó el funcionario.

La Tasa de Seguridad

Otro de los puntos importantes a destacar es la Tasa de Seguridad Poblacional, que está conformada por recursos utilizados para prevenir y combatir la delincuencia, agregó Suazo.

Con estos fondos se han construido muchas obras a nivel nacional, entre ellas los Parques para una Vida Mejor, el arrendamiento de las patrullas que usa a diario la Policía Nacional y la construcción de nuevas instalaciones de esta institución.

Además, se puso en marcha el sofisticado sistema 911, que funciona en varias zonas del país y que ha logrado grandes éxitos, y también ofrece mayor seguridad a la población por la vigilancia que presta.

Está también la Dirección Nacional de Intervención Social, que recibe directamente dineros de la Tasa de Seguridad y cuyo objetivo es ejecutar obras de prevención en aquellas zonas recuperadas, que en el pasado eran consideradas zonas peligrosas.

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