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Turismo religioso se reinventa para sobrevivir a su segundo año en pandemia

Tegucigalpa. Los hondureños viven su segunda Semana Santa en medio de una pandemia que ha obligado a la industria sin chimenea a reinventarse.

En Comayagua, la capital del turismo religioso de Honduras, este Viernes Santo se desarrollan las celebraciones tradicionales que distinguen a esta ciudad colonial, aunque de manera limitada.

Mientras, la iglesia católica mantiene abiertas las puertas de sus iglesias, con todo el control y las medidas de bioseguridad posibles, en coordinación con las disposiciones del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager).

Tradiciones religiosas

“Las celebraciones tradicionales en Comayagua por esta ocasión se desarrollarán de manera limitada y controlada, ya que se pretende salvar vidas y evitar contagios; por ello, debemos evitar la aglomeración de personas”, afirmó el alcalde de Comayagua, Carlos Miranda.

En ese sentido, dijo que las celebraciones se limitan únicamente a mantener la tradición, sobre todo la religiosa, el fervor cristiano y la tradición cultural que Semana Santa promueve en la ciudad colonial.

Para los comayagüenses, las alfombras de aserrín por donde pasa el Santo Entierro son una tradición de la Semana Santa desde hace cerca de seis décadas.

Este año, estas obras de arte se elaboraron de manera demostrativa en museos, casas culturales, hoteles, restaurantes y centros comerciales para que el turista y los habitantes locales puedan apreciarlas.

La tradición de elaborar alfombras multicolores nació en España con las procesiones del Vía Crucis; luego llegó a Guatemala, desde donde se extendió a El Salvador y Honduras, específicamente en Comayagua, allá por 1963, por iniciativa de Miriam Mejía de Zapata.

Si bien la primera alfombra realizada en el país no fue para la Semana Santa, sino para la llegada de monseñor Bernardino Mazarellaza, quien fue nombrado primer obispo de esta antañona ciudad, esta es una tradición cultural y religiosa que se mantiene.

Puertas abiertas

A diferencia del año pasado, este 2021 la iglesia católica ha recibido a sus feligreses en los templos.

Tal como lo anunció la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), en Comayagua, las celebraciones religiosas se realizan en el interior de los templos y el ingreso de feligreses es controlado, en este caso con un boleto, a fin de respetar las medidas de bioseguridad de Sinager, referentes a evitar las aglomeraciones de personas.

La iglesia suspendió varias celebraciones, desde la procesión del Domingo de Ramos, la procesión con el Santísimo el Jueves Santo, la Misa Crismal y el Vía Crucis por las calles.

Sin embargo, muchas de las celebraciones católicas se realizan vía plataformas web, como Facebook.

“Hay algunas situaciones que repiten lo del año pasado. Por ejemplo, no habrá lavatorio de los pies el jueves; el viernes en la adoración de la cruz, solamente el sacerdote besará la cruz y no los fieles, y también se ponen algunas normativas para las celebraciones en general. Se sugiere, por ejemplo, para el Domingo de Ramos que únicamente se haga la bendición de los ramos, dentro del templo, ni siquiera habrá procesión ni nada y se hará la bendición dentro del templo cumpliendo con las medidas de bioseguridad”, detalló el portavoz de la CEH, padre Juan Ángel López, al diario digital Proceso.

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  1. Angelly Zambrano says:

    Me parece excelente que utilicen diferentes métodos para llevar a cabo estas tradiciones, lo importante es no dejar atrás nuestra cultura y costumbres ya que eso nos caracteriza más.

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